Los ligamentos cruzados son dos, el anterior y el posterior, y están situados en el interior de la cavidad articular de la rodilla. Su lesión puede causar una gran inestabilidad y alteración de la movilidad articular. Controlan sobre todo los movimientos de deslizamiento hacia adelante y hacia atrás de la tibia en relación al fémur, necesarios para que se efectúen con normalidad la flexión extensión de la rodilla y los movimientos laterales y de rotación de la misma.
Estos ligamentos tienen poca irrigación al ser intraarticulares y fácilmente se retraen al romperse, hecho que no favorece su cicatrización; por tanto, en caso de rotura total, para restablecer la función normal de la rodilla es necesaria su sustitución.
Las pruebas que valoran la competencia y funcionalidad de los ligamentos cruzados son las llamadas “cajón” anterior y posterior; se evalúan de forma comparativa con la rodilla sana, la cantidad de desplazamiento hacia adelante y hacia atrás de la extremidad proximal de la tibia en relación a la porción distal del fémur. Se llevan a efecto con el paciente relajado y la rodilla en diferentes grados de flexión.
En caso de rotura, la rehabilitación es fundamental y es prescripción médica después de una intervención quirúrgica.
¿CÓMO PODEMOS TRATARTE?
Tratamientos específicos
- Ejercicios Isométricos
- Estimulación y recuperación de la fuerza muscular
- Propiocepción
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Si la lesión se ha producido en la práctica de un deporte en el que estás federado, probablemente tu lesión está cubierta.
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